El whisky, se presenta en muchas variedades, las más comunes son:
El whisky escocés o Scotch, está hecho principalmente de cebada.
Su característico sabor a humo proviene del fuego de turba al que se expone la cebada verde. Debe hacerse conforme a los estándares de la Orden de Whisky Escocés de 1990, y ordena que sea destilado en una destilería escocesa.
El whisky irlandés se elabora de forma similar al Scotch, pero se caracteriza por su triple destilación, que lo hace suave y delicado. No suele emplearse en la preparación de bebidas mezcladas.
El whisky canadiense es normalmente más suave y ligero que otros whiskies. Por ley, debe ser producido en Canadá, y está hecho a base de centeno malteado y maíz.
El whisky americano debe ser elaborado, según ley estadounidense, a base de maíz en una concentración entre el 50-70%. Otros granos añadidos son trigo, centeno o cebada malteada. A destacar:
El Bourbon: debe tener un mínimo de 51% de maíz.
El Rye: debe tener un mínimo de 51% de centeno.
El Corn: debe tener un mínimo de 80% de maíz.
Aunque no definido por la ley, el Tennessee whisky, tiene un método de destilación es similar al del Bourbon pero cuenta con un sabor y aroma únicos. Jack Daniel’s es la marca más conocida.
El whisky mezclado (Blended), se elabora mezclando uno o varios whiskys y es más barato.
El whisky Straight, que es puro, se destila y se deja envejecer sin mezclarlo, es obtenido con menos de 51% de cualquier grano.