Ingredientes
Para la charlotte cake
400 ml de nata (menor de 35% de materia grasa)
300 g de fruta del bosque confitada o mermelada
5 hojas de gelatina
80 g de azúcar
50 ml de leche
40 vainillas (bizcotelas o soletillas) (ver receta)
Para humedecer las vainillas
200 ml de leche
Para decorar
250 g de fresas
125 g de moras
100 g de grosellas
25 g de moras deshidratadas
25 g de frambuesas deshidratadas
hojas de menta
azúcar glass
cinta para el lazo final
Preparación
Para hacer esta tarta, es recomendable utilizar el molde desmontable de 18 centímetros de diámetro. Con este molde, podremos desmoldar la tarta sin problemas y dejarla directamente el plato de cerámica.
Preparamos las vainilla, cortándolas un poquito para dejar un extremo plano y que puedan aguantarse de pie en el molde. Para cubrir este molde necesitamos recortar 23 vainillas.
Para hacer la mousse utilizamos fruta del bosque confitada. Es muy cómodo utilizar este formato, pero también podéis confitar vosotros mismos la fruta o utilizar mermeladas naturales. Vertemos el contenido del primer bote y para que la mousse no nos quede líquida, escurrimos el contenido del segundo bote, para únicamente agregar la fruta.
Ahora, con una batidora de mano, trituramos la fruta confitada para hacer un puré. De esta manera, tendremos la fruta repartida en la mousse de manera uniforme. Una vez triturada, la reservamos para más adelante.
En otro bol, ponemos agua bien fría y vamos introduciendo una a una las láminas de gelatina, asegurándonos de que queden totalmente cubiertas por el agua. Las dejaremos reposar así durante 10 minutos.
Ahora vertemos la nata bien fría en la batidora. Batimos a velocidad alta durante 2 minutos. Pasados los 2 minutos, añadimos el azúcar en forma de lluvia y dejamos que se bata 1 minuto más.
Ahora, calentamos la leche. Una vez caliente, escurrimos cada una de las láminas de gelatina y las introducimos en la leche. En unos segundos las láminas quedarán completamente disuelta.
Agregamos una cucharada del puré que habíamos reservado en la leche para enfriarla un poquito. Una vez disuelta la fruta, vertemos la leche en el resto del puré y con una cuchara removemos bien para que se integren todos los ingredientes.
Antes de mezclar la nata con el puré, igualaremos un poco las temperaturas. Así que añadimos una buena cucharada de nata en el puré.
Mezclamos bien hasta integrarla por completo, así seguro que no se cortará la mousse cuando la mezclemos. Cuando esté bien integrada, vertemos todo el contenido sobre la nata y con una lengua repostera, lo incorporamos haciendo movimientos envolventes. Una vez integrada, la
dejamos a un lado mientras preparamos el molde.
Para montar la tarta empezamos mojando el lado más liso de las vainillas y las colocamos alrededor del molde, teniendo en cuenta que el lado que hemos mojado debe ir en la parte interior de la tarta. Así, dejamos el lado rugoso y rústico hacía fuera. Poco a poco vamos cubriendo con las
vainillas todo el molde. Si se os dificulta un poco mantenerlas de pie, podéis ponervainillas totalmente empapadas en leche, en la base de la tarta. Así, aguantarán con más facilidad las bizcotelas de los bordes.
Cuando terminemos de cubrir todo el molde, rellenamos la base.
Una vez cubierta la base, ponemos la mitad de la mousse de frutos del bosque por encima. También podéis hacer la mousse de otro sabor o utilizar crema pastelera. Una vez puesta, con la misma cuchara, la aplanamos un poquito y la ajustamos a los bordes.
Ahora, volvemos a poner otra capa de bizcotelas completamente empapadas en leche. Aprovechad trocitos pequeños para cubrir todos los huecos posibles. Así, cuando cortemos la tarta, tendremos una capa homogénea de bizcotelas. Finalmente añadimos el resto de la mousse por encima y aplanamos la superficie. Llevamos a la nevera durante 6 horas.
Para decorar la parte superior de la tarta utilizamos fresas, moras y grosellas naturales. También le añadimos frambuesa y mora deshidratada para darle un toque diferente. Y decoramos con unas hojas de menta y azúcar glass espolvoreada con ayuda de un colador.
Desmoldamos la tarta con cuidado y le damos el toque final con una cinta.