por Ingredientes
100 gramos de manteca bien fría
3/4 de taza de harina leudante
1/2 cucharadita de sal
1/4 de taza de crema de leche
queso rallado, cantidad necesaria
Preparación
Coloque sobre la mesa la harina leudante, la sal y la manteca cortada en trocitos.
Siga cortando la manteca con dos cuchillos hasta que todo se convierta en una granulado fino.
Humedezca el granulado con la crema de leche y aplasta la mezcla con una espátula, dándole forma de un pan de manteca.
“Esta masa no se trabaja con las manos para evitar que el calor de las mismas derrita los granitos de manteca, lo que atentaría contra la textura final”.
Estacione la masa en la heladera hasta que esté bien firme.
Tome 1/3 de la masa y sobre la mesa enharinada, estírela dándole forma rectangular y dejándola lo más finita posible.
Espolvoree la superficie con una capa de queso rallado y presiónandolo ligeramente con las manos para que se adhiera a la masa.
Doble dos extremos opuestos de la masa encerrando el queso rallado hasta hacerlos coincidir en el medios del rectángulo.
Vuelva a espolvorear con queso rallado la masa así doblada, presione ligeramente el queso y de nuevo enciérrelo doblando los dos extremos opuestos hacia el centro del triángulo. De este modo habrá hecho a la masa 4 dobleces.
Doble ahora la masa por la mitad, como si cerrara un libro y córtela en tajadas de 1/2 centímetro.
Acueste las palmeritas sobre placas enmantecadas, cocínelas en horno caliente, dándolas vuelta una vez para que se sequen bien de ambos lados. Baje el fuego termine la cocción cuidando que no se doren demasiado, para que el queso no modifique su sabor. Levántelas ocn espátula y déjelas enfriar. Al enfriarse toman textura crujiente.
