6 huevos
300 g de azúcar
150 g de sémola fina
250 g de manteca
1 cda. de cáscara rallada de limón
1 cda. de cáscara rallada de naranja
1 litro de leche entera
10 láminas de masa filo

Almíbar

2 vasos de agua
200 g de azúcar
1 cda. de jugo de limón
1 cda. de canela molida (o una rama)

Preparación

Batir los huevos con el azúcar. Agregar la sémola, el jugo de limón, la cáscara rallada de limón y de naranja. Agregar luego la leche y las 2 cdas. de la manteca derretida. Batir hasta que quede como una crema ligera.

Introducir el relleno en una cazuela y calentar a fuego medio durante 3-4 minutos, hasta que quede como una bechamel. Retirar del fuego y dejar enfriar.

Untar con manteca la mitad de las hojas de pasta filo y
poner en un molde engrasado. Las 5 láminas deben ir superpuestas. El resto son para cubrir el pastel.

Añadir la crema de leche y repartir en la parte inferior del molde. Al final, envolver la crema con los bordes de la pasta filo sobrante de los lados.

Cubrir el molde con el resto de las láminas presionando un poco para que no quede nada de aire. Marcar la pasta filo ligeramente con un cuchillo dibujando rombos o cuadrados.

Hornear el galactoboureko a 180 ºC durante unos 30 minutos, hasta que quede cuajada la crema y se dore la pasta filo de encima.

Una vez fuera del horno, agregar el almíbar frío. Dejar enfriar unas dos o tres horas y servir con canela espolvoreada.

Almíbar

Colocar el agua, el jugo de limón, la canela y el azúcar en una cacerola pequeña.

Hervir durante 10 minutos.

Dejar enfriar.

3 solomillos de cerdo
2 dientes de ajo
2 limones
1 vaso de vino blanco
1/2 vaso de vinagre de vino blanco
1 vaso de aceite de oliva
1 cda. de menta fresca picada
1/2 cda. de orégano fresco picado
1 cda. de pimienta negra en grano
1 cda. de sal
Palillos para brochete

Preparación

Cortar los solomillos en dados y marinarlos durante cuatro horas en un recipiente con el ajo pelado y cortado en láminas, los limones exprimidos, el vino blanco, el vinagre, el aceite, las hierbas frescas y los granos de pimienta aplastados.

Ensartar la carne en los palillos y reservar el líquido de la maceración.

Salar los souvlakis. Dorarlos en una plancha bien caliente, regándolos con el líquido de macerar.

Al servir, se puede acompañar con papas fritas.

Ingredientes

500 g de espinacas frescas
250 g de cebolla
250 g de queso feta
60 g de aceite de oliva extra virgen
2 cdas. de perejil fresco
1 cda. de eneldo fresco
30 cc de leche
30 g de manteca
2 huevos
250 g de pasta filo
sal
pimienta

Preparación

Blanquear las espinacas en agua hirviendo durante un minuto. Escurrir y reservar.

Rehogar la cebolla picada bien fina, picar las especias y desmenuzar el queso feta.

En un bol grande, mezclar la cebolla, las espinacas, el queso, la leche, los huevos, el eneldo, el perejil y la manteca, y salpimentar a gusto.

Untar un molde con manteca e ir poniendo capas de masa filo, pincelando cada una con aceite. Al tener la mitad de las capas en la fuente, agregar el relleno y cubrir con la otra mitad de hojas, sin olvidar untar en aceite capa por capa.

Marcar las porciones del pastel, pincelar con aceite y rociar con un poco de agua. Hornear durante una hora a 180 ºC.
Servir a temperatura ambiente.

3 tazas de harina
125 g de levadura de cerveza
aceite para freír
miel
canela cantidad necesaria
1 pizca de sal

Preparación

Tamizar la harina sobre la mesa, hacer un hoyo.
Incorporar la levadura de cerveza disuelta en agua tibia, agregar un poco de sal fina y trabajar la masa agregando agua tibia hasta lograr una pasta chirle que se deje caer con facilidad.
Cubrir con polietileno y dejar leudar en sitio templado durante 2 horas.
Calentar aceite dentro de una olla grande.
Tomar con cuharita pequeñas porciones de masa, con los dedos de la mano mojados, hacer caer la pasta en el aceite cliente, con la ayuda de la cucharita.
Repetir la operación, echando en el aceite varios lucumades por vez.
Estos se inflarán y aparecerán en la superficie.
Sacarlos con espumadera y servir calientes rociado con miel caliente y espolvoreados con canela molida.
Dejarlos entibiar, guardar en bolsas especiales sin aire y congelar.

4 tazas de harina

1 cucharadita de polvo de hornear

1/2 cucharadita de sal

2 huevos

4 yemas

4 cuchadadas de jugo de naranjas

4 cucharadas de azúcar

2 cucharadas de aceite

ralladura de1 limón

aceite para freir

miel

sésamo

canela

100 g de nueces picadas

Preparación

Tamizar en un bol la harina, el polvo de hornear y la sal.
Aparte batir los huevos con las yemas, el azúcar, el aceite, la ralladura de limín.
Luego agregar poco a poco la harina tamizada, si resulta una masa muy blanda agregarle mas harina tamizada.
Estirar la masa y dejarla del espesor de una moneda.
Cortar rectángulos de 2 1/2 cm por 15 cm de largo.
Darles forma de moños.
Frírlos a calor moderado hasta que esten dorados, rociarlos con la miel, espolvorearlos con semillas de sésamo, canela y nueces.

Se pueden congelar cuando estén tibios envueltos en papel de aluminio. Al descongelar rociarlos con miel, semillas de sésamo, canel y nueces.

200 g de manteca

1 taza de azúcar impalpable

3/4 taza de almendras peladasy tostadas

1/2 cucharadita de sal

1 cucharada de coñac

1 cucharadita de esencia de vainilla

1 yema

4 tazas tamaño té de harina tamizada

1/2 cucharadita de polvo de hornear

agua de azahar

azúcar impalpable tamizada

clavos de olor cantidad necesaria

Preparación

Batir la manteca hasta que cambie el color, agregarle el azúcar impalpable tamizada, poco a poco. Seguir batiendo hasta lograr una preparación espumosa, incorporar la yema, las almendras muy picadas, el coñac, la esencia de vainilla y la harina tamizada con el polvo de hornear y la sal poco a poco, mezclar bien y si la masa resulta húmeda agregarle un poco mas de harina, esta masa debe tener la consistencia de la masa frola.
Dejarla descansar 20 minutos.
Tomar pequeñas porciones de masa, darles forma de empanaditas pequeñas insertar en el medio un clavo de olor (optativo) colocarlas sobre placas enmantecadas y enharinadas, llevarlas a horno medio hasta que la base se note dorada.
Cuando se retiran del horno rociarlas con agua de azahar y espolvorearlas con azúcar impalpable.