Ingredientes
2 y 1/3 de taza de tostadas dulces procesadas
1/4 de taza de azúcar
14 de taza de manteca blanda
Relleno
14 gramos de gelatina en polvo sin sabor
1/3 de taza de agua fría
125 gramos de crema de leche
1/2 kilo de frutillas limpias sin cabito
125 gramos de azúcar
250 gramos de queso crema
Varios
12 frutillas enteras para decorar
Preparación
Cubierta
Poner sobre la mesa los bizcochos pulverizados (puede aplastarlos, simplemente, con un palote hasta reducirlos a miguitas), el 1/4 de taza de azúcar y la manteca blanda.
Frote todos los ingredientes entre las palmas de las manos hasta que la manteca se disgregue y todo parezca “arena húmeda”
Unte con manteca una tartera profunda, desmontable de 22 o 24 cm de diámetro.
Vuelque dentro la mezcla de bizcochos y, con la parte convexa de una cuchara, extienda el granulado y presionando contra el fondo y las paredes del molde a fin de forrarlo en un espesor parejo.
Colóquelo en horno muy suave durante 15 minutos.
Retírelo, entibie y estacione en la heladera.
Relleno
Remoje la gelatina en el agua fría y disuelven a baño maría hasta que esté bien transparente.
Licúe las frutillas junto con el azúcar y la gelatina disuelta.
Vuelque en un bol y guarde en la heladera hasta que la gelatina comience a espesar.
Bata la crema hasta que espese, pero sin que llegue a punto chantilly.
Cuando la gelatina espese (sin que haya llegado a solidificarse), bátala en la procesadora o batidora hasta que esté espumosa.
Mezcla en un bol grande las frutillas espumosas, con la crema de leche espesada y el queso crema.
Vierta la mezcla en el molde forrado con las galletitas y decórelo en los bordes ocn las frutillas enteras que había reservado.
En el momento de servirla, retire el aro lateral del molde sin sacar la base y pase la tarta a una fuente.