Ingredientes
Para el bizcocho
180 g de harina de trigo
2 huevos
120 ml de aceite de oliva suave
280 g de azúcar
60 g de cacao en polvo
160 ml de leche
120 ml de agua
2 cdtas de polvo de hornear
1 cdta de extracto de vainilla
pizca sal
Para el almíbar
3 cdas de sirope de chocolate
Para la buttercream
300 g de azúcar impalpable
280 g de mantequilla
3 cdas de pasta concentrada de menta
Para la cobertura
200 g de chocolate negro
Preparación
Para hacer el bizcocho empezamos batiendo los huevos con unas varillas de mano. No hace falta espumarlos demasiado, con mezclarlos bien y romper su estructura, es suficiente. Cuando los tengamos batidos, añadimos el azúcar y seguimos mezclando. Una vez los ingredientes estén bien
incorporados, añadimos el aceite.
Agregamos una cucharadita de extracto de vainilla Seguimos removiendo para repartir bien el sabor y cuando lo tengamos listo, añadimos la leche.
Con la ayuda de un colador, tamizamos la harina, el cacao y la pizca de sal. Añadimos también dos cucharaditas de levadura química. Ahora, removemos la mezcla suavemente para integrar los ingredientes secos.
Cuando esté bien mezclado, calentamos el agua hasta que empiece a hervir y la vertemos sobre la mezcla con cuidado de no quemarnos.
Removemos bien, y listo.
Vertemos la masa en tres moldes de 15 centímetros, engrasados con spray antiadherente. Una vez llenos, los llevamos al horno precalentado a 165 ºC.
Recién salidos del horno es importante dejarlos enfriar en el molde durante 10 minutos. Antes de dejarlos enfriar por completo, recortamos la parte superior con una lira para que nos queden unas capas perfectas.
Cuando estén fríos, les daremos un toque extra de jugosidad con sirope de chocolate. Vertemos un chorrito por la superficie y lo repartimos conuna espátula. Dejaremos que los bizcochos absorban el sirope mientras hacemos la buttercream.
Para hacer la buttercream empezamos añadiendo la mantequilla a temperatura ambiente en la batidora y con la pala batimos unos segundos a velocidad media para que se ablande un poco. Ahora subimos la velocidad al máximo y batimos durante 5minutos. Es importante batir todo
este tiempo para que la mantequilla se airee y quede bien cremosa Una vez batida, añadimos todo el azúcaf. Y cuando ya se haya integrado un poco con la mantequilla, subimos la velocidad al máximo y batimos 5 minutos más.
Para darle sabor utilizamos la pasta concentrada de menta. Cuando terminemos de añadir la pasta batimos 2 minutos y ya la tendremos lista.
Para montar la tarta utilizamos un plato giratorio, un disco antideslizante y una base de cartón de 15 centímetros. Con un poquito de buttercream fijamos el primer bizcocho a la base. Ponemos una capa de buttercream por encima. El relleno tiene que ser generoso pero sin pasarse, ya que un
exceso de relleno hará inestable toda la tarta. Aplanamos bien la superficie para que el próximo piso quede nivelado, y también quitamos el exceso de los bordes. Ponemos el siguiente bizcocho encima y repetimos los pasos anteriores, pero ahora para el segundo piso.
Una vez terminado, ponemos el último bizcocho boca abajo. Así tendremos unos bordes perfectos en la parte superior. Sellamos las paredes de la tarta con un poquito de buttercream. Con algún objeto recto, nos aseguramos que ambas bases estén centradas. Esto nos servirá de guía para hacer una cobertura recta y homogénea.
Con un poquito de buttercream hacemos una primera cobertura por todo el lateral de la tarta. Esta capa es importante, porque sellará las migas del bizcocho. Cuando la terminemos, la llevamos a la nevera durante 30 minutos. Pasado este tiempo, habrá endurecido y ya podemos ponerle la
capa definitiva de buttercream. Cubrimos de manera generosa con buttercream y quitamos los excesos.
Cuando tengamos las paredes lisas, con una espátula, quitamos la base superior. Cubrimos la parte superior de la tarta con buttercream. Como antes, hacemos una primera capa para sellar las migas del bizcocho y lo llevamos a la nevera durante 15 minutos.
Pasado este tiempo, sólo nos queda hacer la capa superior definitiva para terminar la cobertura. Es importante usar una espátula larga para aplanarla.
Perfeccionamos los bordes, quitando los posibles excesos de crema. Una vez la tengamos lista, utilizamos un alisador con textura para añadirle un diseño a la cobertura exterior. Para hacerlo presionamos ligeramente sobre la buttercream y con un solo movimiento continuo marcamos todo el perímetro de la tarta. Reservamos en la nevera.
Para hacer la cobertura derretimos el chocolate en el microondas y lo atemperamos hasta conseguir un chocolate líquido y brillante. Una vez templado, lo vertemos en el centro superior de la tarta y con la parte trasera de una cuchara, lo expandimos hacia los bordes. Para que el chocolate caiga por los laterales, hacemos unos piquitos con la cuchara. Y para que quede más uniforme, agitamos un poquito la tarta para que la gravedad haga su trabajo.
Decoramos con unos toppers.