Las recetas de repostería Checa eran secretos de familia transmitidos sólo de padres a hijos. Eran
difíciles y cada maestro tenía la suya propia.
Además, como la preparación era dura y la masa pesada, los pasteles no se horneaban en casa, sino en hornos especializados y lo hacían sólo los hombres. La masa se preparaba de antemano, a veces incluso unos meses antes.
Se decía que los mejores pasteles para una boda eran los que tenían masa hecha en el día del nacimiento de la novia.
Las recetas que se utilizan hoy, sin embargo, son muy diferentes a las de esa época. Desde la segunda mitad del siglo XIX la mayoría de los talleres artesanales que se dedicaban a hacerlos desaparecieron.
Ingredientes
Para la masa
650 g de harina leudante
250 g de azúcar impalpable
4 huevos
1 y 1/2 dita. de bicarbonato de sodio
2 cdas. de especias para perníčky (3 estrellas de anís, 4 clavos de olor, 1 cdita. de canela en polvo, 1/4 cdita. de pimienta de Jamaica, 1/4 cdita. de anís)
20 g de manteca
100 g de miel
Para el Glaseado
1 clara de huevo
140 gr de azúcar impalpable
1 cdita. de jugo de limón
Preparación
Derretir la manteca con la miel y dejar enfriar. Mezclar la harina, el azúcar, el bicarbonato y las especias. Hacer un volcán, colocar en el centro los huevos y amasar. Añadir la mezcla de miel y mantequilla y seguir mezclando hasta conseguir una mezcla homogénea. Dejar reposar la masa de un día para otro en la heladera.
Sacar la masa al menos 15 minutos antes de manipularla.
Extenderla entre dos láminas de film con el rodillo hasta unos 4 mm de espesor y cortar con las formas que se quieran.
Colocar en una bandeja de horno cubierta de papel de cocina previamente calentado a 160 ºC alrededor de 10 minutos hasta que estén doradas.